La toilette del actor*
Diego Starosta
La “toilette” del actor llamaba Stanislavski a los “reajustes” sobre un rol específico que este estuviera interpretando en ese momento: un actor no debía simplemente llegar al teatro, ponerse su vestuario y actuar sino trabajar sobre su rol antes de salir a escena en todas las funciones, debía hacer “reajustes”. Pero en términos generales llamaba “toilette” al trabajo diario que él consideraba que el actor debía realizar sobre sí mismo. Podríamos llamarlo entrenamiento, training, práctica, trabajo sobre sí o como gusten. El espacio donde el actor ejercita la relación entre los impulsos nerviosos de su mente y las respuestas materiales de su cuerpo; donde ejercita la interrelación entre forma, espacio y tiempo que va a estructurar su resultado expresivo. Pero por sobre todo en la “toilette” el actor afirma y reafirma una ética de trabajo, un compromiso con su oficio más allá de que esté actuando en alguna obra o no, aprende a través de la constancia y del esfuerzo a desarrollar la humildad para hacer de su trabajo un verdadero gesto político en esta cultura de la vanidad y la competencia.
Practico diariamente mi oficio desde hace muchos años. La práctica diaria e íntima de un actor no es un trabajo sobre un texto o sobre un rol, es un trabajo sobre la forma y sobre el cuerpo-mente que la sostiene. Lo hago con ejercicios que han ido variando en su superficie que pero contienen en su esencia principios fundamentales. Uno de esos ejercicios, de esas “danzas”, que me acompañan desde hace tiempo es la sombra de boxeo. Un trabajo muy simple pero muy completo que figura en su desarrollo los elementos anudados en el desempeño dinámico de un actor. Más allá de utilizarlo para construir y practicar el juego de fuerzas, dinamismos, impulsos, contra impulsos y dimensiones que alimentan subterráneamente mi desempeño cuándo actúo en términos generales, recurrí a su forma particular en dos espectáculos, La Boxe del año 2001 y El immitador de Demmóstenes de 2017, que continuaba con funciones hasta antes de la actual pandemia.
Encontré en el boxeo una ejercitación casi fundamental para cualquier actor. Dos principios importantes para la actuación que encontramos en el boxeo son, dicho en breves palabras: Reacción. Un boxeador, básicamente, reacciona a su oponente así como un actor más que accionar construye cadenas o secuencias de reacciones; y Precisión: para ser eficaz en su tarea de atingir a su oponente, un boxeador, debe ser preciso en sus acciones y desplazamientos como un actor debe serlo para que sus acciones sean creíbles, reales (no realistas), orgánicas. En la práctica real en un cuadrilátero con un oponente estos conceptos se pueden verificar cabalmente, pero en la práctica en solitario (sombra) no solo puedo desarrollar todos los aspectos biomecánicos sino, además, todo el trabajo con las imágenes que sustentan la acción externa, algo fundamental para el trabajo en todos los sistemas de actuación donde la acción siempre se define por una estructura dialéctica entre las acciones “internas” y las acciones “externas”.
* Donde digo actor, lease actor, actriz, actxr, act@r, etc.
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